Decir no, el principio básico para priorizar

Inma Puig, es psicóloga clínica de la Universidad de Barcelona. Trabajó como psicóloga en el F.C. Barcelona durante la etapa más exitosa del club (2003- 2018) y desde el 2014 asesora al restaurante El Celler de Can Roca, considerado en dos ocasiones el número uno del mundo según The World´s 50 Best Restaurants.

Tras leer uno de sus libros “La revolución emocional”, me resultó especialmente interesante una reflexión que hace sobre lo difícil que es para los adultos decir que NO. 

Y es que cuando somos niños es muy distinto. Según Puig, los niños aprenden a decir que no antes que decir que sí. Y es que, en su explicación desde el punto de vista de la psicología, puede deberse a la cantidad de veces que a los niños se les dice que no… “No toques”, “No llores”, “No hables mientras los mayores hablan”…

Y entonces, ¿qué es lo que ocurre entre nuestra fase como niños y nuestra fase como adultos? ¿Por qué cuando queremos decir que no, decimos que sí? Según Puig, hay un hecho también asociado a la psicología, y es que queremos que nos quieran. 

¿Qué quiere decir con esto? 

Continúa Puig indicando que hay pocas emociones que produzcan tanto bienestar como sentirse querido, y es en el trayecto de niños a adultos cuando vamos descubriendo que a las personas no les gusta que le digas que no.

Por ejemplo. Si un niño no quiere prestarte su juguete te dirá que no te lo quiere prestar. Sin embargo, comienzan a llegar los condicionantes. El adulto receptor de la respuesta comenzará a indicarle al niño que eso le genera mucha tristeza, que por qué él es así cuando lo quiere tanto, “si tu no me quieres yo tampoco te voy a querer”.

El niño comienza a descubrir que decir no hiere a los demás, generando una reacción completamente negativa hacia él. Y así, vamos creciendo. Haciendo cada vez más difícil nuestro no como respuesta. 

¡Y es que resulta tan útil decir que no en nuestra vida adulta! Es el principio básico que tendríamos que aprender para hacer priorizaciones en nuestra vida. 

Y cuando hablo de priorizar, me refiero a ser capaces de identificar cuáles son las acciones/tareas/productos en las que tenemos que poner primero toda nuestra atención, foco y fuerzas por el impacto que tiene en nuestros objetivos/resultados.

No hay reglas mágicas, y creo fielmente en que las soluciones más sencillas (que no significa que sean las más fáciles) son las más efectivas. Así que, ¿cómo comenzar a decir que no? 

  • Siendo conscientes y muy racionales sobre cuál es el motivo que nos lleva a decir que sí cuando en realidad queremos decir que no. Podrás identificar las causas reales de comportamientos que probablemente debas profundizar para trabajar en ellos
  • Identificando los hechos objetivos (no emociones) que responden al ¿por qué no puedo priorizar en este momento esa acción/tarea/producto?
  • Identifica las consecuencias del NO vs. el SI en la situación en la que te encuentras. Te ayudará con la argumentación
  • Entendiendo que decir que NO, no es algo negativo.
  • Practicando, practicando y practicando.

Te prometo que no es fácil al inicio, pero después ¡que bien te hace sentir!

 

“No todas las personas que han dicho No han hecho historia, pero todas las que han hecho historia han dicho No en el momento preciso”.

 

Referencia: Puig, Inma. 2019. Revolución emocional. 

 

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