Equivocarse no está valorado

Equivocación, según la Real Academia Española “cosa hecha con desacierto”, según el diccionario de Google “acción que no sigue lo que es correcto, acertado o verdadero”, traducción del latín “tomar una decisión errónea, considerar algo de manera incorrecta, desacertar”. Otras definiciones en internet “error, desacierto, fallo, desliz, equívoco, imprecisión, gazapo, falta, inexactitud”

…Solo adjetivos negativos.

Y es que desde pequeños ya nos enseñan a asociar directamente la equivocación con algo negativo, irremediable, ¡fin del mundo!

Equivocarnos es uno de los principales miedos que nos paralizan a querer cambiar y hacer las cosas de forma diferente. Es uno de los grandes paralizantes de pequeñas, medianas y grandes organizaciones a dar un paso hacia la transformación.

Es uno de los principales miedos que nos impiden avanzar en nuestros objetivos y deseos como persona.

Si lo hago ¿y me equivoco?

Probablemente la reflexión no esté en cómo NO equivocarse. Nos vamos a equivocar, es un dato, un hecho. 

Lo que debemos es plantearnos que, si te equivocas, y lo haces antes, antes serás capaz de reconducir lo que estás haciendo. Ahorrarías tiempo, dedicación, y, por ende, mucho dinero.

¡Aprendizaje! Hay que equivocarse mucho para adquirir nuevas competencias y buenas prácticas que pondrías en marchar en cualquier otra situación similar a la que tengas que enfrentarte. 

Seguro que pensando en todo lo que te has equivocado harías muchas cosas diferente ¿o no? Y ¡cuidado! Esta no es una reflexión para arrepentirnos de lo hecho, sino para pensar en los aprendizajes que ahora tenemos que nos ayudan a hacer las cosas mejor HOY.

¿Cómo trabajar la equivocación?

  1. Medir, medir y medir. Utiliza indicadores que te permitan medir el resultado/ impacto de tus acciones. Si ha sido una equivocación, se verá reflejado en los resultados. Mide con frecuencia, ¿qué te dicen los resultados a las dos semanas? ¿Al mes? No esperes 6 meses, o más, a darte cuenta.
  2. Realiza retrospectivas. La retrospectiva es una herramienta muy útil para reflexionar sobre los aspectos que están funcionando y aquellos que deben reconducirse. Hazla con frecuencia (cada mes, por ejemplo), pero sobretodo, no te quedes solo con la reflexión, piensa en acciones concretas que puedes poner en marcha para mejorar;
  3. Identifica 2 ó 3 acciones concretas que puedes poner en marcha desde YA para mitigar las cosas que no se están haciendo o que no se hicieron bien.
  4. Y si aún no te has equivocado, pero crees que puede ocurrir, puedes preguntarte, si me equivoco ¿qué consecuencias tendría? Escríbelas, crea tu propio plan de mitigación y toma una decisión.

Permitámonos equivocarnos, pero recuerda que equivocarse es una acción para mejorar no una continua justificación.

 

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